sábado, 10 de julio de 2010

Continúa la saga de los cerdos.


Una lectora del blog me reclamó hoy 10 de julio del 2010 porqué no continué la historia de los cerdos de julio del 2009. Para mi sorpresa, aunque no tanta, dada mi tendencia a la procastrinación, descubrí que lo había hecho pero no lo subí al blog. Lo hago hoy, casi un año después cuando el temor a la gripe porcina como problema central de las noticias ha sido suplantado por el interés en el mundial de fútbol.

Parte II:
Agosto del 2009 está llegando a su fin. Era el mes temido por mi abuela y mi madre,cómo va el dicho? La parca anda de cacería, dicen, y así fue, se las llevó a las dos justamente en agosto.
Los chanchos andan menos paranoicos, ya no temen terribles represalias. Han podido salir de su aislamiento. Es que la gente se ha olvidado, la memoria de la gente es débil, sus cabezas son rápidamente ocupadas por preocupaciones nuevas que desplazan a las anteriores.
El inicio de la lucha por la liberación animal se postergó porque no se logró consenso sobre el nombre definitivo del Movimiento. Grande fue la sorpesa de los dos compañeros cerdos de los que hablamos en la entrada anterior cuando en la asamblea siguiente, además de sus mociones, hubo una docena de planteos sobre el nombre más adecuado para el Movimiento.
Los argumentos giraban alrededor de la necesidad de un nombre que sintetizara y expresara mejor los objetivos y los fundamentos de su lucha. Además de las originarias “Frente Nacional de Liberación Animal” y -“Frente Global de Liberación Animal”, se propuso una muy original de un grupo que quería denominarse: "Agrupación Chancho Limpio” que como es sabido no engorda, y albergaban la secreta esperanza que eso los salvaría por lo menos de la gula humana. Otras propuestas recurrían a dejar asentada su calidad de Frente Único, otro Auténtico, otro Histórico, Radical, Federal, Progresista. Se llegó a escuchar una moción elitista que bregaba por un "Movimiento Porcino de Liberación". La apoyaban algunos ejemplares que escudándose en los premios ganados en las exposiciones organizadas por la Sociedad Rural se creían superiores a los demás animales en general y a sus propios congéneres. Cada presentación era seguida de una larga fundamentación apelando a la Biblia y la literatura. No faltó uno que dijo que incluir a los famosos “Tres Chanchitos” en el nombre lograría adhesiones hasta entre los humanos, por lo menos los niños. Porky protestó y reclamó que en ese caso también el merecía figurar dada su popularidad. Se armó una batahola! Lo trataron de claro emblema del divertimento capitalista mientras que cada uno de ellos se identificaba más con "Los Tres Chanchitos" porque el peligro era igual para todos. -Todos somos los tres chanchitos- gritaron a coro.
Por fin llegaron a un consenso: se formó una comisión para analizar las propuestas, hacer una selección y luego someterlas a votación. En seguida empezaron las discusiones sobre quienes integrarían esa comisión y si el grado de representatividad estaba asegurado. Cómo se había hecho muy tarde decidieron dejarlo como primer punto a tratar en la siguiente asamblea.

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