Teatro y Poesía, sábado 27/11/ 2010 - Mudanza y después
Mudanza y después...
Casa nueva vida nueva. En setiembre me mudé, y como esas olas marplatenses que te revuelcan y te dejan media mareada, la mudanza me volvió de pronto extranjera en un barrio cuyas fronteras son Crisólogo Larralde, Av R. Balbín, Parque Saavedra y Cabildo. A sólo 30 cuadras de mi antigua vivienda la distancia parece mayor. Esperar el 67, el 76 o el 130 en Av Balbín no es lo mismo que estar a 2 cuadras de Av Cabildo y a 3 del subte en el barrio de Belgrano.
Habrá sido aquél cuento de Dal Masetto, relatado tantas veces hace tantos años, sobre unas vacaciones en el Barrio de Saavedra el que me trajo aquí ? Barrio de parques verdes habitados por los espíritus de Goyeneche y Rivero!!
Por ahora soy como una turista, en tren de descubrir, me sorprende un vecino que abre la puerta de su casa mientras estoy pasando y me saluda muy naturalmente - Hola-. Mi primer reacción es creer que me confundió con otra persona pero cuando se repite otro día, confirmo que en algunos barrios todavía perviven las buenas costumbres de saludar a los vecinos.
Mi nuevo hogar es original. Para llegar a mi casa hay que trasponer un puente. Tengo dos balcones y una terraza. El sol pega todo el día. El viento puede llegar a soplar tan fuerte como si quisiera hacerme levantar vuelo con casa y todo. Mi vecino del piso de abajo, lamento decir que se mudó ya, es un joven ingeniero, estudiante de danzas clásicas, vegetariano y nómade, (esto último definición mía). En la puerta de su depto plantó tomate cherry y brócoli. Me invitó a una "comidita preparada por sus propias manos". Los invitados eran gente del mundo de la danza y del periodismo, y yo, la vecina de arriba. Según el arquitecto, la persona que les desbalanceó la curva de edad a los habitantes de estos 8 departamentos tipo PH,- sos la excepción- me dijo - los demás son todos jóvenes-.
Intento mostrarle a mi hijo mi nueva casa por skype, pero hay tanta luz que no logra distinguirse nada. A mi hijo le recuerda aquellas películas sobres seres que siguen viviendo, en el cielo, después de muertos. o algo así. Decido llamar a mi casa "Heaven".
Octubre: El barrio también me estrenó " inseguridad", estaba en el autoservico cuando fue asaltado. Había comprado y pagado la verdura y permanecía con el vuelto y la billetera en la mano. Busqué un pan lactal y me detuve frente a la góndola de los vinos estudiando los precios, de espalda a la puerta de entrada. Por eso me sorpendi cuando sentí que me arrancban el billete que asomaba de mi mano izquierda. Instintivamente retiré la mano y exclamé, -No!- En el mismo momento en que giro la cabeza para ver quien me quiere despojar del dinero siento un empujón y una voz masculina, - Vaya para el fondo señora. Esto es un asalto-. El amigo que me había acompañado a hacer la compra arquea las cejas cual flechas indicando el camino. En el fondo del local se ve una escena parecidas a las de la TV : un grupo de personas quietas mirandóse entre ellos y a la nada. Es esencial no verle la cara a los ladrones. Pienso preocupada que he puesto en peligro a mi amigo. Si hay un tiroteo como va a explicar que él que vive en la otra punta de la ciudad es víctima en los confines de CABA? Me susurra - tengo todas las tarjetas encima y la plata para pagar el resumen del mes-. En otro susurro le sugiero escondérlas. Pero no hizo falta, la verdulera avisa que ya pasó todo. Fue breve, el interés de los ladrones estaba en la caja . Por suerte para los clientes. Les agradezco. Por supuesto solo lo pienso, y lo declaro en este blog. Me llamó la atención la impavidez de los chinos, como si nada. Aparentemente no entienden castellano. Por lo menos no responden cuándo le spregunto si es la primer vez? Nadie hace ningún comentario. Una de las clientas obligada a permanecer en el fondo pregunta si el pan se pesa o se paga en la caja, -es la primer vez que vengo a esta autoservicio- explica. Me impactó lo educado del asaltante, me trató de "señora". Me gustó eso.
La vida continúa por suerte. Mi amigo me dice que puedo estar tranquila, las probabilidades estadísticas a que me vuelva a encontrar en una situación así se reducen conisderablemente, por lo menos por un buen tiempo.
Diciembre: Por fin tengo teléfono. Empresa: La que comienza con 3. Fueron 2 meses y una semana de gestiones, (algunas sainetescas). La burocracia revela que muchas veces la mano derecha no sabe lo que hace la izquierda.
Hacemos el primer festejo de Navidad en mi casa nueva y a pesar del precario horno comemos el consabido pavo, pero sin relleno.
Casa nueva vida nueva. En setiembre me mudé, y como esas olas marplatenses que te revuelcan y te dejan media mareada, la mudanza me volvió de pronto extranjera en un barrio cuyas fronteras son Crisólogo Larralde, Av R. Balbín, Parque Saavedra y Cabildo. A sólo 30 cuadras de mi antigua vivienda la distancia parece mayor. Esperar el 67, el 76 o el 130 en Av Balbín no es lo mismo que estar a 2 cuadras de Av Cabildo y a 3 del subte en el barrio de Belgrano.
Habrá sido aquél cuento de Dal Masetto, relatado tantas veces hace tantos años, sobre unas vacaciones en el Barrio de Saavedra el que me trajo aquí ? Barrio de parques verdes habitados por los espíritus de Goyeneche y Rivero!!
Por ahora soy como una turista, en tren de descubrir, me sorprende un vecino que abre la puerta de su casa mientras estoy pasando y me saluda muy naturalmente - Hola-. Mi primer reacción es creer que me confundió con otra persona pero cuando se repite otro día, confirmo que en algunos barrios todavía perviven las buenas costumbres de saludar a los vecinos.
Mi nuevo hogar es original. Para llegar a mi casa hay que trasponer un puente. Tengo dos balcones y una terraza. El sol pega todo el día. El viento puede llegar a soplar tan fuerte como si quisiera hacerme levantar vuelo con casa y todo. Mi vecino del piso de abajo, lamento decir que se mudó ya, es un joven ingeniero, estudiante de danzas clásicas, vegetariano y nómade, (esto último definición mía). En la puerta de su depto plantó tomate cherry y brócoli. Me invitó a una "comidita preparada por sus propias manos". Los invitados eran gente del mundo de la danza y del periodismo, y yo, la vecina de arriba. Según el arquitecto, la persona que les desbalanceó la curva de edad a los habitantes de estos 8 departamentos tipo PH,- sos la excepción- me dijo - los demás son todos jóvenes-.
Intento mostrarle a mi hijo mi nueva casa por skype, pero hay tanta luz que no logra distinguirse nada. A mi hijo le recuerda aquellas películas sobres seres que siguen viviendo, en el cielo, después de muertos. o algo así. Decido llamar a mi casa "Heaven".
Octubre: El barrio también me estrenó " inseguridad", estaba en el autoservico cuando fue asaltado. Había comprado y pagado la verdura y permanecía con el vuelto y la billetera en la mano. Busqué un pan lactal y me detuve frente a la góndola de los vinos estudiando los precios, de espalda a la puerta de entrada. Por eso me sorpendi cuando sentí que me arrancban el billete que asomaba de mi mano izquierda. Instintivamente retiré la mano y exclamé, -No!- En el mismo momento en que giro la cabeza para ver quien me quiere despojar del dinero siento un empujón y una voz masculina, - Vaya para el fondo señora. Esto es un asalto-. El amigo que me había acompañado a hacer la compra arquea las cejas cual flechas indicando el camino. En el fondo del local se ve una escena parecidas a las de la TV : un grupo de personas quietas mirandóse entre ellos y a la nada. Es esencial no verle la cara a los ladrones. Pienso preocupada que he puesto en peligro a mi amigo. Si hay un tiroteo como va a explicar que él que vive en la otra punta de la ciudad es víctima en los confines de CABA? Me susurra - tengo todas las tarjetas encima y la plata para pagar el resumen del mes-. En otro susurro le sugiero escondérlas. Pero no hizo falta, la verdulera avisa que ya pasó todo. Fue breve, el interés de los ladrones estaba en la caja . Por suerte para los clientes. Les agradezco. Por supuesto solo lo pienso, y lo declaro en este blog. Me llamó la atención la impavidez de los chinos, como si nada. Aparentemente no entienden castellano. Por lo menos no responden cuándo le spregunto si es la primer vez? Nadie hace ningún comentario. Una de las clientas obligada a permanecer en el fondo pregunta si el pan se pesa o se paga en la caja, -es la primer vez que vengo a esta autoservicio- explica. Me impactó lo educado del asaltante, me trató de "señora". Me gustó eso.
La vida continúa por suerte. Mi amigo me dice que puedo estar tranquila, las probabilidades estadísticas a que me vuelva a encontrar en una situación así se reducen conisderablemente, por lo menos por un buen tiempo.
Diciembre: Por fin tengo teléfono. Empresa: La que comienza con 3. Fueron 2 meses y una semana de gestiones, (algunas sainetescas). La burocracia revela que muchas veces la mano derecha no sabe lo que hace la izquierda.
Hacemos el primer festejo de Navidad en mi casa nueva y a pesar del precario horno comemos el consabido pavo, pero sin relleno.
Etiquetas: monólogo de M. Cabrera
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